Alerta en Israel tras días de ataques palestinos

Las fuerzas de seguridad israelíes se preparaban el viernes para más disturbios, después de días de ataques palestinos que esta semana se extendieron a Cisjordania y ciudades israelíes, más allá del punto donde comenzó la violencia en la Explanada de las Mezquitas, el lugar de culto más venerado de Jerusalén.

La policía israelí prohibió por la mañana que los varones musulmanes jóvenes accedieran al recinto de templos, en un intento de asegurar la tranquilidad.

Los varones menores de 45 años no podían acceder al complejo de la mezquita El Aksa, indicó la portavoz Luba Samri. Las mujeres de cualquier edad sí podrían acceder.

El límite de edad se ha establecido de forma intermitente en un intento de asegurar la calma, ya que la mayoría de los palestinos implicados en episodios violentos son jóvenes.

La policía está en alerta, señaló Samri.

Los disturbios comenzaron hace unas tres semanas cuando varios palestinos se atrincheraron dentro de la mezquita de El Aksa y lanzaron piedras y bombas incendiarias a la policía.

Los choques derivaban de acusaciones palestinas sobre que Israel tiene planes para cambiar el frágil acuerdo sobre la gestión del complejo, sagrado para judíos y musulmanes. Israel ha rechazado de plano las acusaciones y culpado a los líderes palestinos de incitar a la violencia.

En un principio, los incidentes se limitaron a Jerusalén Este, donde se encuentra la Explanada de las Mezquitas, y a Cisjordania, dos territorios arrebatados por Israel a Jordania en la guerra de 1967 y reclamados por los palestinos para un estado futuro. Pero en la última semana, la violencia se ha extendido a Tel Aviv, Afula y otras ciudades israelíes.

Lo que comenzó con palestinos lanzando piedras y bombas incendiarias a los automóviles y la policía se convirtió en un tiroteo mortal y una oleada de ataques con arma blanca en los que varios palestinos apuñalaron a civiles y soldados en las calles.

Los ataques han conmocionado a los israelíes y despertado el temor a una nueva intifada, o insurrección. Sin embargo, las autoridades palestinas han minimizado esa posibilidad y señalado que ésta es la clase de rebrote periódico de violencia que ha sufrido Israel en las últimas décadas.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, describió los ataques como una «oleada de terror».

Israel ha reforzado de forma significativa su seguridad en respuesta a la violencia en Jerusalén, y el jueves la policía colocó detectores de metales a la entrada de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

El complejo es un punto frecuente de violencia, y su destino es un tema clave en el conflicto israelí-palestino. Los musulmanes lo llaman Noble Santuario y lo veneran por considerar que desde allí ascendió a los cielos el profeta Mahoma, mientras que los judíos creen que allí se alzaban dos templos judíos descritos en la Biblia y lo conocen como Monte del Templo.

Los visitantes no musulmanes sólo pueden visitar el lugar a horas concretas del día y la policía les prohíbe rezar allí. Muchos musulmanes consideran estas visitas como una provocación y acusan a los extremistas judíos de preparar una toma del recinto. Israel ha prometido garantizar la pervivencia del delicado acuerdo sobre el complejo, e insiste en que no permitirá cambios en el status quo.

Pero los palestinos señalan que en los últimos dos meses se han producido nuevos episodios en los que Israel ha restringido de forma intermitente el acceso al complejo cuando pueden visitarlo los judíos. Tel Aviv afirma que esto pretende reducir las fricciones, pero los palestinos alegan que Israel intenta establecer horas de visita para judíos sin musulmanes. El lugar es de tal importancia para los fieles que incluso los rumores pueden provocar violencia allí.

Fuente:http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/article38310504.html

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