Sentenciaron a 13 años de prisión al acusado de matar a un policía en Alderetes en diciembre

Sentenciaron a 13 años de prisión al acusado de matar a un policía en Alderetes en diciembre

El trágico asesinato del oficial de policía Víctor Hugo Espinoza, ocurrido en la localidad tucumana de Alderetes, durante la madrugada del 21 de diciembre de 2024, finalmente tuvo una resolución judicial. El caso, que conmovió a la comunidad y movilizó a las fuerzas de seguridad locales, fue investigado por la Unidad Fiscal Especializada en Homicidios II, encabezada por el fiscal Carlos Sale. En representación del Ministerio Público Fiscal, la auxiliar de fiscal Luz Becerra participó de la audiencia judicial en la cual se discutió un acuerdo de juicio abreviado, el cual fue plenamente consensuado entre las partes involucradas, incluyendo la familia de la víctima.

Durante dicha audiencia, el imputado reconoció de forma explícita su implicancia penal en el violento suceso. Como resultado de este reconocimiento y del convenio alcanzado, se dictó una condena que establece una pena de 13 años y cuatro meses de prisión efectiva. El delito fue tipificado como homicidio cometido en ocasión de robo, con el agravante del uso de un arma de fuego y bajo la modalidad de coautoría. El juez que intervino en la causa avaló el acuerdo alcanzado, validando así la pena impuesta y dando por cerrado este capítulo judicial.

Reconstrucción del hecho

Los acontecimientos que derivaron en la muerte del agente Espinoza ocurrieron durante las primeras horas de un sábado, en pleno amanecer, sobre la avenida de las Industrias, dentro del ejido urbano del municipio de Alderetes. La víctima, que prestaba servicios en la Policía de Tucumán, se encontraba a bordo de su motocicleta, una Yamaha YBR de 125 centímetros cúbicos, aparentemente sin compañía en ese momento.

Fue en esas circunstancias que dos jóvenes, Geovanni Andrés Orquera y Jesús Miguel Gambarte, se acercaron a Espinoza a bordo de otro vehículo motorizado. Uno de ellos, Orquera, descendió con rapidez del rodado en el que se trasladaban y, empuñando un arma de fuego, lo amenazó con claras intenciones de cometer un asalto. Su objetivo era sustraerle los bienes, en particular la motocicleta en la que se encontraba el uniformado.

Sin embargo, lo que parecía un robo más terminó desencadenando un enfrentamiento armado. Ante la amenaza inminente y la presencia del arma de fuego en manos del asaltante, Espinoza hizo uso de su arma reglamentaria para repeler el ataque y defender su vida. El tiroteo fue breve pero violento: múltiples disparos fueron efectuados durante esos momentos de tensión extrema.

Como resultado del intercambio, Geovanni Orquera cayó abatido en el lugar, perdiendo la vida casi de inmediato. En tanto, el agente Espinoza, también gravemente herido durante el enfrentamiento, fue trasladado de urgencia al Hospital Centro de Salud. Pese a los esfuerzos médicos y a una intervención quirúrgica, el policía no logró sobrevivir y falleció poco después.

Este dramático episodio, que dejó como saldo la muerte tanto del atacante como del oficial que intentó repeler el robo, provocó conmoción en la comunidad y una fuerte repercusión en los medios locales. Con el correr de las semanas, y tras las tareas investigativas llevadas adelante por la fiscalía, se logró identificar al segundo implicado, Jesús Miguel Gambarte, cuya responsabilidad en el crimen fue abordada judicialmente en calidad de coautor del homicidio.

El dictado de la sentencia representa, para la familia del agente caído, un paso hacia la justicia, aunque el dolor por la pérdida de un ser querido en cumplimiento del deber sigue latente. Desde el ámbito judicial, en tanto, se resaltó la importancia de haber alcanzado un acuerdo que evitara la prolongación innecesaria del proceso penal, logrando así una respuesta clara y contundente frente a un delito de extrema gravedad.

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