Capacitarse para tener sus propios ingresos y “crear trabajo”, como lo explican sus trabajadoras, es el objetivo del Centro Vecinal La Amistad del barrio Victoria. Con la pandemia de Covid-19, el centro se reinventó y allí comenzaron a producir tapabocas, camisolines, cofias y botas para personal de salud y empresas.
Esta mañana, el gobernador, Juan Manzur, visitó el taller del centro vecinal para conocer el trabajo de las 10 mujeres que, gracias al emprendimiento, pueden generar ingresos para sus familias.
Esta cooperativa pasó de la fase de capacitación a la fase de producción, y están haciendo material de suma utilidad en los tiempos de pandemia que estamos viviendo. Estos son los resultados de mucho trabajo. Tenemos que seguir estimulando este tipo de iniciativas para generar el trabajo, una de las situaciones más difíciles en este momento”, destacó Manzur.
El centro vecinal funciona desde hace 10 años como espacio de capacitación para los vecinos de la zona. Sin embargo, con la crisis económica, la pandemia y la imposibilidad de trabajar el lugar se convirtió en un taller textil que permite generar empleo.
La fabricación de insumos surgió por la necesidad económica, que ya nos venía castigando durante los cuatro años del gobierno nacional anterior”, contó Elsa Arias, a cargo del centro vecinal.
Poder hablar hoy con el Gobernador “fue importantísimo, porque esto demuestra que él sale a apoyar estas economías populares, que son tan importantes hoy para que los vecinos puedan generar sus propios ingresos”, valoró Elsa.
Por su parte, el legislador Javier Morof, quien asiste al taller textil, remarcó: “Más allá de la pandemia, aquí hay familias que viven de este taller. Hemos entregado miles de barbijos de este lugar a Caps, en barrios humildes y otros sectores”.
“Con toda la prevención vemos como este tipo de talleres siguen generando trabajo. Estos son los grandes desafíos que tenemos”, concluyó Manzur.
El sostén de la casa
Nora comenzó a asistir hace ocho años al centro vecinal para aprender un nuevo oficio como hobby. En ese momento, su marido mantenía la economía familiar, hasta que sufrió una enfermedad que le impidió seguir trabajando.
Aquí aprendí desde armar y desarmar las máquinas de coser para mantenerlas, hasta hacer camisolines, cofias, botas y tapabocas. Hoy soy la cabeza de mi casa, porque mi esposo tuvo dos ACV y yo tenía que manetener a seis hijos y cuatro nietos”, cuenta Nora.
“Lo que saco del taller textil es para mantener mi casa. Años atrás no me hubiera imaginado manejando estas máquinas, haciendo. Yo no sabía nada”, recuerda.
Tareas contra el dengue
En la zona además, se realiza la fumigación y descacharrado para prevenir el dengue. “Hemos organizado cooperativas de trabajo en este barrio y los pusimos a disposición del Siprosa; ya fumigamos más de 20 mil casas y cerca de 200 barrios”, agregó Morof.
