Una denuncia provocó un verdadero cimbronazo esta mañana en pleno juicio por el crimen de Paulina Lebbos. El testigo Fernando Vázquez Carranza, ex jefe de la Policía Científica, informó que una persona del sexo masculino se presentó el martes (mientras él prestaba declaración) en el colegio de su hija de diez años para llevársela. El hecho no se consumó porque la menor se negó a retirarse con el desconocido, agregó el padre de la niña.
El relato de Vázquez Carranza sumó gravedad a la situación iniciada ayer, cuando él mismo informó al tribunal que había recibido un mensaje de WhatsApp de parte de Enrique Andrada Barone, abogado del ex jefe de Policía Hugo Sánchez, imputado por el encubrimiento. El tribunal entendió que el texto podía constituir una amenaza, por lo que apartó al letrado del proceso y ordenó la inmediata detención del imputado.
La denuncia fue formulada esta mañana, luego de que Sánchez pidiera que se reduzca el plazo de su detención (debe cumplirla hasta el final del juicio) o que sea trasladado a una dependencia de la Policía de la Provincia. Su abogado, en tanto, había solicitado que se implemente la modalidad de prisión domiciliaria. El tribunal resolvió que el imputado sea alojado en la Dirección de Homicidios pero bajo custodia de la Policía Federal.
Como los jueces habían ofrecido a Vazquez Carranza ingresar al Programa de Protección de testigos de la Provincia, le consultaron sobre su respuesta. El ex policía científico rechazó la oferta, pero pidió que se asigne una custodia policial a su familia en su casa y en el trayecto de sus hijos al colegio. Agregó que no precisaba consigna personal para él. El Tribunal accedió a todas sus solicitudes.
El juez Dante Ibañez, al fundamentar su voto, señaló que actitudes de amedrentamiento al testigo, lejos de ayudar a Sánchez en su delicada situación, lo perjudican. Por ello, llamó a quienes tengan intenciones de colaborar con el ex jefe de Policía a cesar en esas actividades.
